Les mando un saludo grande.
Abrazo desde Antares.
Sergio
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Toda ciudad tiene parte de realidad y parte de fantasía. Y no solo me refiero a los mitos urbanos y a las leyendas sino a la impresión que de ella nos llevamos cada vez que la vemos o que descubrimos una cara que no le conocíamos.
Me gustaría repasar dos o tres lugares imaginarios e inexistentes con ustedes, a ver si alguno se parece a nuestra ciudad del plano real.
-La ciudad de los Ladrones: Las tradiciones orales la ubican al norte de Canadá, donde la fiebre del oro. Está situada sobre un lago subterráneo de lava hirviente, para protegerse del frío. si uno desea obtener permiso para visitarla, deberá elegir una de las tareas que lo convertirían en aspirante. Deberá robar algo o hacer trampa en el juego. Esto se debe hacer afuera y antes de entrar a la ciudad. Y debe haber alguien de adentro que sea testigo del hecho.
Pero lo importante para aclarar es que, dentro de la ciudad, no está permitido el crimen. Nadie roba bajo ningún concepto.
Esto abre un debate: ¿que le da nombre a la ciudad? La actividad de sus habitantes afuera, o adentro (donde la mayoría son agricultores).
-La ciudad de Presente: Próxima al Polo Sur, Edgar Allan Poe la describió en boca de su personaje Arthur Gordon Pym. Sus habitantes son humanoides andróginos, semitransparentes, a excepción del pulgar sus dedos están unidos por una membrana, sus gestos son amables y graciosos y sus cuerpos no producen secreciones y tampoco tienen necesidades de ningún orden. Viven del aire, no comen ni duermen y sobre todo.....no desean.
Esta es, dice Poe, precisamente, la ciudad del presente. Y sus habitantes no tienen memoria. Cada momento es nuevo y perfecto. Nada cambia en ese presente inmóvil. Nada tiene futuro. No hay misterios ni secretos ni mentiras ni cansancio ni dolor.
Quiero decirles que esta ciudad, en donde no hay futuro ni pasado, son todas las ciudades. Todos, en todas las ciudades, vivimos anclados en el presente. Lo raro de esta ciudad, es que sus habitantes no vivan "inclinados" hacia el futuro. No viven pensando en el futuro, como todos nosotros. No están sus organismos "programados" para el futuro, como los nuestros.
En medio de todo esto, lo verdaderamente genial de esta ciudad, el dato genial de Poe es la falta de deseo: porque el deseo es eso, una proyección hacia el futuro. Nadie desea en el pasado. Se puede desear cambiar algo en el pasado, pero solo porque ese cambio nos proyectaría hacia un distinto presente (es decir, sigue siendo una proyección a futuro). Solo deseamos, afortunadamente, pensando en lo que vendrá.
-La ciudad de Otabia: Esta en Asia y está suspendida sobre una red, atada a su vez a dos montañas muy altas. Se camina por travesaños de madera instalados de un monte al otro. Y suspendida en el abismo, la vida de los habitantes de Otabia es menos incierta que en otras ciudades: se sabe que pisar mal o resbalar equivale a morir, pero es un peligro concreto y no difuso como en otros lugares. Allí el peligro es caerse....en nuestras ciudades...no sabemos.

-Esto me hace acordar a las descripciones del paraíso: en TODAS y cada una de las descripciones del paraíso, hay, mas o menos, rasgos que podemos encontrar en ciudades reales y que conocemos. Los musulmanes, por ejemplo, describen al paraíso con ostentaciones, muy recargado en los detalles de sus construcciones. Otros requieren características mas jardinescas, digno de personas a las que les gusta el aire libre o acampar. Y la verdad...no estoy seguro que eso me reconforte..es decir...un paraíso como Buenos Aires.....Yo amo a mi ciudad, pero esta lejos de ser una "perfección" (ni teórica ni individual) como la que uno espera encontrar en el paraíso.
Hay ladrones en todas partes, el presente está siempre con nosotros y el peligro, cierto o incierto, nos rodea. Pero igual me gustan estas descripciones de lugares maravillosos. Porque, fíjense, termina siendo siempre mas importante los detalles y particularidades de quienes viven allí, que los rasgos arquitectónicos o geográficos del lugar.
Lo que mas me apasiona de esto es ver las características que los lugares le imprimen a sus habitantes. Una ciudad donde todos son ladrones que no roban, una ciudad donde no nos debe extrañar que sean humanoides y andróginos porque justamente, lo que nos hace humanos es la identidad que da la memoria y el deseo que da el futuro, y un lugar en donde todos saben del peligro inmediato que los rodea.
Por eso la descripción del paraíso es la descripcion de las personas que van con nosotros, mas que las alfombras o las fuentes. Lo primero que preguntaré si es que voy al paraíso, no es ¿como son las habitaciones?...voy a preguntar ¿esta tal o cual persona? Si no están...pues entonces no es el paraíso, amigo.