Hola! Perdón por el descuido de la página. Pero bueno, funcionando de nuevo.
Espero dejen algun cometnario, pa inflar el ego nomás.
Muchos saludos.
Sergio
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La primera noción que conviene sacarse de encima cuando se discute este tema es la de la democrática subjetividad de lo que es “bueno” y lo que es “malo”. Esa idea que se expresa como “lo que es bueno para algunos es malo para otros”, “sobre gustos no hay nada escrito” o “si lo compran millones por algo será”.
Estas ideas nos alejan de una verdad ineludible: efectivamente hay buena música y mala música. Pretender que esto es una cuestión solo de gustos es esquivarle al tema.
En primer lugar, y solo para empezar a escarbar en el tema, se puede decir que hay música compleja y música elemental. La cantidad de elementos que se utilizan para la composición de una pieza musical es variable: pueden ser muchísimos y pueden ser poquísimos (lo mismo que en otras obras artísticas). EN GENERAL (importante esto) las músicas elementales son además, pobres. Pertenecen al mundo de la industria y su propio carácter elemental las hace fácilmente recordables. Son las que se venden mayoritariamente y las que tienen más uso/ganancia para el mercado que explota un público no preparado para una obra más compleja.
Esto es lo que se llama por comodidad “la música”, pero no es más que una forma elemental de ella.
Esto no quiere decir que todo deba ser complejo. Hay piezas relativamente sencillas que poseen una gran belleza y hay, desde luego, obras complejísimas que son muy malas. El tema es que lo sencillo se disparó de una manera avasallante. Lo sencillo incluye hoy por hoy, melodías de tres notas. Las melodías de tres notas no solo son elementales y pobres, son una porquería.
Entonces para empezar, tenemos que hay música compleja y música que no lo es. Solo con esto, ya comenzamos a anular la idea de que en el arte solo existen las opiniones subjetivas y los gustos dispares. Me parece que esa noción es auspiciada por aquellos que tienen muy poco que ofrecer. Aquellos que al no poder elaborar música compleja, reclaman para ellos el mismo prestigio y los mismos derechos que alcanzan las cumbres de la complejidad musical.
Avancemos. La música es un arte combinatorio, cercano a las matemáticas, pero que además nos conecta a través de esas relaciones, con un mundo de sugerencias, un mundo espiritual y metafórico para llegar al cual, tanto el músico como el que escucha DEBEN DAR ALGUNOS PASOS.
Hay que hacer algunas tareas, hay que poner un poco de esfuerzo.
Para leer El Quijote hay que saber leer y hay que saber leer el castellano. Eso ya es un trabajo. Pero si además, el que lee está familiarizado con la literatura, con las estructuras de las obras, con los estilos de la época y si además entrena su emoción, su inteligencia, su razón, su perspicacia y lo aplica a lo que está leyendo, entonces disfrutará muchísimo más del Quijote que, por caso, un marinero noruego recién bajado del barco.
Yo creo que si uno se toma el trabajo de prepararse de esa manera, de realizar ese entrenamiento (y no estoy hablando de hacer cursos de literatura o cursar filosofía y letras. El grado de esfuerzo queda en cada uno), podrá disfrutar mucho más de la música que aquel que golpea el pie contra el piso ante cada “PUM-PUM” y mueve la cabeza para arriba y para abajo. Esa es la reacción menos musical de todas: la reacción del tam-tam. La más primaria y elemental de todas, aquella utilizada por el hombre cuando comenzaba a desentrañar el significado de la música.
Y aquí ya estoy hablando de la “música” electrónica y de los “músicos” que la interpretan (vuelvo a mencionar la preparación que también es necesaria por parte del artista). Y no está mal: yo también reacciono de esa manera ante ese estímulo. REPITO: NO ESTA MAL. Lo que digo es que si uno comienza a avanzar un poco más, solo un poco, va a dejar de mover el pie y mover la cabeza. Porque la música es algo más que golpes, que reacciones espasmódicas casi involuntarias ante un estímulo primario.
Si avanzamos un poquito mas, vamos a darnos cuenta de la colección enorme de emociones que despierta una música apenas más compleja o elaborada. Eso sí, tenemos que tomarnos el trabajo.
Por eso se vende más fácil. Porque lo elemental no requiere trabajo ni de quién lo produce ni de quién lo incorpora. Pues yo creo que ese trabajo es lo que diferencia la buena música de la mala. ¿La música electrónica, es música? Si lo es, pero es la más elemental, la menos elaborada, la menos preparada, apenas el primer acercamiento.
La música no es una discusión jurídica. Hay diferencias y las admito. En algún punto el gusto juega a favor o en contra. Y entiendo a quienes me dicen que dentro del género de la electrónica también hay música buena y mala.
Lo que podemos hacer es intentar avanzar y aspirar a llegar un poco más alto. Digo….¿Nos conformamos con lo elemental? ¿No queremos algo más?
PD: Excelente lo de Capusottto con DJ Marmota. Noten la introducción: “Muchos artistas descubren que gracias a la tecnología, es una idiotez estudiar música, cuando en realidad se puede usar la música de otros que estudiaron y se rompieron el culo”. Y después: “No se pongan a estudiar instrumentos. Hoy la computadora te hace todo”.
Más claro, imposible.
2 comentarios:
"Una rafaga de aire fresco y claridad entre tanta infoxicación"
dc
jajajaj Parece comentario de contratapa de libro trucho.
Dijo "Le Monde Diplomatique":
"Una soberana cagada".
jeje Muchas Gracias por el comentario. Un abrazo grande
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